La Catequesis Familiar apoya y promueve el derecho de los padres a ser los primeros y principales educadores de sus hijos e hijas para que alcancen la madurez personal y de esta forma se construya una sociedad más humana y cristiana. Es importante destacar que la celebración del Sacramento de la Eucaristía de los hijos es la ocasión para llegar a toda la familia, y en particular a los padres. Por lo tanto, el destinatario principal de la Catequesis Familiar es el adulto, ya que, través de su testimonio, los padres van trasmitiendo a sus hijos e hijas una determinada imagen de Dios.

El itinerario se desarrolla mediante encuentros periódicos destinados a los padres y a los niños y niñas. Los encuentros de padres se realizan dos veces al mes acompañados de un matrimonio catequista o por un solo catequista. Los encuentros de niños y niñas se realizan semanalmente en pequeños grupos acompañados por un catequista.

Durante el proceso, las familias participan de algunos encuentros generales y celebraciones que culminan con un retiro previo a la celebración del sacramento de la Eucaristía de sus hijos e hijas. De este modo, la Catequesis Familiar tiende a la formación integral del ser humano, integra fe y cultura, promueve el diálogo familiar, la lectura orante de la Palabra de Dios y la oración en familia, todo ello enriquecido por nuestra espiritualidad marista.