Joaquín Cerda y Guillermo Iglesias animaron la celebración, y distintos compañeros de su generación participaron también en las lecturas, peticiones, ofrendas y acciones de gracias.

La eucaristía fue presidida por el Padre Jorge Pérez. Durante la homilía, el sacerdote destacó el comportamiento de los jóvenes en la capilla, y los invitó a recordar los distintos momentos que han vivido en este lugar, como su Primera Comunión o su Confirmación. También les recordó los valores maristas que nos dejó nuestro Fundador: Humildad, Sencillez y Modestia.

Hasta el altar, cuatros alumnos llevaron los implementos para preparar la mesa del Señor. Otro grupo llevó las fotografías que dejarán como recuerdo para el colegio, que forman parte de la actualización de la galería de egresados que está en el sector de salas de reuniones. Finalmente, la familia Ramírez Contador llevó hasta el altar el pan y el vino.

La eucaristía culminó con el mensaje de nuestro Rector, el Hno. Jesús Triguero, quien ofreció los mejores deseos, a nombre de la Comunidad Educativa del IAE, en los diversos caminos que van a emprender. Cerró sus palabras con un “consejo de amigo, con cariño de educador marista”, señaló.

Compartió con los presentes una fábula que cuenta la historia de dos niñas que pretendían engañar a su maestro, conocido como un sabio que respondía con precisión todas las preguntas. Para ello, las pequeñas tomaron una mariposa y le preguntaron si estaba viva o muerta, y según su respuesta, la matarían o la dejarían vivir, buscando que él se equivocara. Sin embargo, el sabio les dijo: “Eso depende de ti, la mariposa está en tus manos”.

“Así es nuestra vida y su futuro como jóvenes maristas. No debemos culpas a nadie cuando algo nos falle. Somos responsables por aquello que conquistamos o no conquistamos. Nuestra vida está en nuestras manos”, aconsejó el Rector a los jóvenes.

Finalmente, invitó a los jóvenes que este año egresan de nuestro colegio a ponerse de pie y junto al coro entonar la Salve, para poner en manos de María nuestros sentimientos de gratitud, especialmente en este mes. “Ella que es nuestra Buena Madre, junto a San Marcelino, se los presentarán a su hijo Jesús”, afirmó. Un gran aplauso brindaron los presentes a todos los jóvenes luego de este ofrecimiento a la Virgen.

La celebración siguió en el gimnasio del colegio, donde el Centro de Padres despidió a los jóvenes y sus familias con un cóctel.