Antes del Evangelio mostraron una presentación con las principales características del Hno. Gilberto. Recordaron las plantas que dejó en el patio de la Sección Media Superior: “Si alguna vez mi voz deja de escucharse, piensen que el bosque habla por mí con su lenguaje de raíces” (J. Tellier).

Durante la homilía, el Padre Jorge Ramírez recordó que al ver por primera vez al Hermano Gilberto pensó que era alguien anciano, cansado y sin vitalidad, “pero con su presencia y sus primeras clases, me impresionó”, recordó. Aseguró que después tenía la esperanza de que las lecciones de Psicología nunca terminaran. Destacó su sabiduría, intelecto y corazón marista, y que fue capaz de ponerlo al servicio de la Iglesia chilena para inspirar a profesores y profesoras, consecuentes con la escucha de sus alumnos. “Él decía que el alumno es persona antes que alumno; si está bien, brillará con las mejores respuestas cognitivas e intelectuales”, señaló.

Agregó: “Más que enseñar habilidades intelectuales, tienen que aprender a ser integrales para la vida”. Finalmente, el Padre Jorge Ramírez instó a los alumnos a que pregunten por el Hermano Gilberto Poza a quienes lo conocieron, pues seguramente tendrán un lindo testimonio que compartir. También se destacó su amor a nuestro país, aunque no fuera su tierra natal, con una presentación con la canción “Querida Patria”. Para cerrar, jóvenes músicos de la Sección interpretaron algunos temas propios del folclore chileno.