Esta actividad se
realiza dos veces al año en nuestro colegio. Su objetivo es
contribuir en la formación de una cultura preventiva y que los
alumnos y alumnas reconozcan las vías y zonas de seguridad, que
deben permanecer expeditas y señalizadas para su libre tránsito.
A las 11 en punto del día miércoles sonó la
alarma de emergencia que anuncia a la comunidad educativa el
inicio del simulacro. El alumno que está sentado más cerca de la
puerta es responsable de abrirla. El curso debe abandonar la
sala en forma ordenada y desplazarse por los pasillos y
escaleras del colegio. La evacuación se realiza con paso rápido
y firme, pero sin correr, gritar o hablar.
Se recomienda no llevar objetos en la boca ni en
las manos, ni regresar a buscar algo a la sala. Las personas
deben dirigirse a la zona de seguridad que le corresponde,
señalizadas en los patios de nuestro colegio. Sólo cuando den la
señal de retorno, los alumnos vuelven a la sala, no antes.
Este procedimiento se debe poner en práctica después de un
eventual sismo. Durante el temblor, los alumnos deben permanecer
en sus salas en las áreas de seguridad previamente definidas,
alejadas de ventanales u objetos que puedan caer. Los educadores
son los encargados de mantener la calma actuando serenamente.
Les comunicamos también que nuestro colegio ha
adoptado las precauciones necesarias para enfrentar las replicas
que seguiremos percibiendo. Como primera medida y antes de dar
inicio al periodo escolar 2010, se ha solicitado a un
profesional especialista la revisión de la infraestructura de
nuestro colegio, no habiéndose encontrado fallas estructurales.
Además se ha constituido un Comité de
emergencia integrado por los inspectores de Sección e
integrantes del Comité Paritario de Higiene y Seguridad, para
actuar coordinadamente ante una posible emergencia. Se realiza
un reconocimiento permanente de las distintas áreas del colegio,
evaluando que no presenten riesgos en caso de la ocurrencia de
un sismo.
Se sugiere contar con un plan de acción familiar
para casos de emergencia, estableciendo acuerdos previos que
sean conocidos por sus hijos. También aconsejamos a los
padres y apoderados mantener la serenidad al momento de retirar
a sus pupilos, estando atentos a las indicaciones que se
entregan por parte de los funcionarios del establecimiento.
Una actitud serena y ponderada ayuda a educar y a evitar
accidentes en los momentos de emergencia y evacuación.