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Como Hermanos y Hermanas
Por
Instituto Alonso de E.
Publicado:
22 Agosto 2008
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La semana pasada celebramos una nueva jornada de EAM. Y al día siguiente, nos reunimos para celebrar la Asunción de la Virgen, fecha que es una fiesta para todos los maristas.


Celebramos la tercera experiencia del año para compartir nuestra Espiritualidad Apostólica Marista. Educadores y administrativos revisamos los elementos que nos ayudan a encontrarnos y formar comunidad. Por eso, la jornada se tituló “Como Hermanos y Hermanas”. Rememoramos las “mesas de nuestra vida”, aquellas instancias en que la mesa ha sido un lugar de encuentro. En grupos compartimos nuestros recuerdos en torno a este elemento y las personas con quienes compartimos esos encuentros. Contrastamos nuestras experiencias con la mesa que San Marcelino construyó en La Valla, que es la encarnación de sus esfuerzos por crear una comunidad dedicada al Señor. En un segundo momento dibujamos nuestra casa. Soñamos cómo nos gustaría que fuera ese espacio en el que creamos familia y comunidad. Allí se reúnen nuestras historias, se ayuda a crecer a los jóvenes, se cuida a los mayores, se atiende a los más débiles y abunda el ungüento del perdón.

Finalmente, revisamos los momentos en que hemos sido el pan que se reparte a los otros. Escuchamos el testimonio del profesor Luis Antonio Parra, quien compartió sus experiencias de entrega a los demás. Para cerrar la jornada, recibimos el cuerpo de Cristo, el pan que se entrega y nos reúne en comunión. La fiesta de la Buena Madre

La Asunción de la Virgen fue otro momento para reunirnos como hermanos y hermanas en torno a la Buena Madre. La fiesta comenzó el jueves 14, cuando los más pequeños prepararon pancartas alusivas a este día. Todos los cursos cantaron y rezaron en torno a la mamá de su amigo Jesús.

El 15 de agosto, la imagen de María fue escoltada por todos los presentes en su camino a la capilla. Durante la eucaristía, ella fue la figura central. En el momento de las ofrendas, la luz de Cristo y un rosario fueron llevados al altar, como símbolo de devoción a la Buena Madre. Los directores de ciclo entregaron las banderas de Chile, Perú y Bolivia, países que conforman la Provincia Santa María de Los Andes. Fueron puestas a los pies de la Virgen, para pedir su protección y guía para todas las obras maristas. En especial, tras el nombramiento del nuevo gobierno provincial. También, recordamos de manera especial a los hermanos maristas que han fallecido, cuya espiritualidad ha sido un ejemplo de entrega a la Misión. Luego de la eucaristía, el Centro de Padres dirigió la romería hacia el Cementerio Católico. Allí se encuentra el mausoleo de los Hermanos Maristas. En ese lugar, se llevó a cabo una ceremonia de agradecimiento por el espíritu que dejaron como legado.

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