En todo momento estuvo presente la imagen de la Buena Madre, por ser la mujer que nos protege y que intercede por nosotros ante Dios: un modelo a seguir para todas las mamás. En la capilla central de nuestro colegio se reunieron las madres del Ciclo Inicial donde recibieron los mejores deseos de parte de las educadoras de sus hijos: “Deseamos que las madres desarrollen todo su potencial de mujer, para disfrutar de la vida junto a sus hijos e hijas. Deseamos que las madres disfruten de este rol, sin culpas, comprendiendo que esta tarea se debe compartir y que a pesar de todo lo bien que hagamos es posible que resulte diferente a nuestro proyecto”, fueron sus reflexiones. Todos los niños entonaron una canción para sus mamás. Además un niño y una niña de Kinder B les dedicaron una poesía. Para cerrar este acto, en una oración las madres recibieron una bendición sellada con un fuerte abrazo de sus hijos e hijas. Más tarde compartieron en sus respectivas salas de clases los presentes que los niños y niñas les tenían preparados. Y también las profesoras y asistentes recibieron un saludo, por cuidar como madres a los niños del colegio. En el gimnasio se reunieron los alumnos del Ciclo Básico y junto a sus mamás disfrutaron de un acto musical. Los alumnos y alumnas de 2º Básico bailaron al ritmo de Shakira, mientras los Terceros y Cuartos entonaron una melodía en metalófono junto a la tía Agnes Áviles. Por su parte, el alumno Sebastián Saltarini interpretó en flauta traversa un Minuet en La Mayor, de J. S. Bach, en compañía del profesor Joel Tapia. Un poema fue el regalo que los alumnos de 6º Básico A entregaron a las mamás. Luego, un representante de cada curso le dio un presente a su madre. En el acto también estuvieron las mamás de las profesoras Nury Guaico, Inés Cortés, Jacqueline Huenuqueo y Myriam Guerra, quienes luego compartieron un desayuno con los colegas de sus hijas. El rector del IAE, Jaime Inostroza Marín, entregó un saludo a las madres de nuestra comunidad, a aquellas que “el hecho de conceder la vida, las hace divinas”, señaló. Agregó: “Ser madre es más que traer un ser al mundo. Es llorar con una sonrisa, es callar por no herir al hijo, es ser abnegada con los reclamos y rencores del hijo, es tener paciencia ante la rebeldía, ante la insolencia, la ceguera y la ingratitud del hijo. Es tener resistencia ante la adversidad”.