Asistieron aproximadamente 50 educadores desde La
Serena hasta Curicó, para muchos era la primera vez que pisaban
el Centro de Espiritualidad Marista (CEM), para otros era la
primera vez que estaban tan cerca de la obra Marista.
Al llegar
la acogida del Hermano Patricio y de Carolina, les hizo sentir
que no estaban lejos de casa, sino que estaban en casa: Nunca
nos sentimos nuevos, siempre sentimos que éramos uno más de esta
gran familia, sólo era cosa de tiempo el sentirse del todo
integrados.
Las dinámicas buscaron distintos objetivos,
momentos de reflexión personal y grupal donde compartir
experiencias de vida. También conocieron la gran obra de San
Marcelino y como él logro levantar de la nada esta hermandad
sólo con la fe puesta en María. Se adentraron en la vida de un
educador Marista, a través de las experiencias de distintos
docentes, que ya se han empapado del espíritu y del carisma
Marista. Luego de tanta emoción llegó el tiempo para compartir
la alegría que cada uno sentía, la alegría de conocer a grandes
personas, la alegría de ser los continuadores de la obra del
Padre Champagnat.
Se acercó la hora de la despedida, de llevar todo
lo aprendido a las aulas de cada uno de los colegios, de llevar
a cada uno de los que conocieron en este retiro en el corazón,
de poner manos a la obra y traspasar a los niños las esperanzas
que tenía el Fundador en ellos.
Hay muchas palabras que se podrían decir del momento vivido,
pero todo puede ser resumido en la felicidad que deja el
sentirse parte de esta familia, que tiene un espíritu y un
carisma que
la hacen única. Que esta gran familia que posee
como hermano mayor a San Marcelino, como Madre a María y como
Padre a Dios este siempre con nosotros en toda instancia y que
desde el primer día nos sintamos acogidos como uno más.
Las damos el más cordial de los recibimientos a estos nuevos
docentes: Carla, Ana, Juan Pablo, Carlos Rocío, Bárbara,
Verónica, Marcela, Daysi, Maysa. Bienvenidos!!!