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Encuentro con el Superior General de la Congregación, Sean Sammon, con nuestra comunidad
Por
Instituto Alonso de E.
Publicado:
27 Abril 2007
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El día viernes 20 de abril muy temprano en nuestro Salón de Honor, se reunieron el rector de nuestro Instituto, Sr. Jaime Inostroza, el Hno. Jesús Castañeda, Vicerrector, el Hno. Pedro Marcos, Superior Provincial de la provincia Santa María de los Andes, la comunidad de hermanos, el Hno. Agustín, que ofició como traductor, educadores, administrativos,
representantes del personal auxiliar, los alumnos de los Cuartos Medios, las directivas de curso de Quinto a Tercero Medio, exalumnos que participan en diversas actividades y son miembros de comunidades, Directiva del Centro de Padres, padres y apoderados, directores de las secciones, para darle la bienvenida, al Superior General de la Congregación, Sean Sammon. Comenzó este encuentro con la oración dirigida por el alumno de 4º Medio B, Patricio Santibáñez, una vez finalizada le entregaron el texto en inglés.

Luego nuestro Rector, don Jaime Inostroza, le dio un cálido y afectuoso saludo por parte de la comunidad colegial, manifestando la inmensa alegría de poder tener la oportunidad de encontrarnos con él. Le dio a conocer: “Nuestro colegio cumple 78 años, con más de 5000 exalumnos que mantienen un compromiso con el país y con nuestra iglesia. Nuestros alumnos de las más diversas comunas, cuyas familias nos han confiado a sus hijos para brindarles una educación de calidad”. “Nuestro curriculum centrado en una formación integral en los diversos sectores de aprendizaje, en la cultura del arte y con énfasis en lo espiritual que a través de los movimientos juveniles, los sacramentos entregan una formación en valores cristianos”. Además enfatizó: “Comprometidos en la formación de buenos y virtuosos ciudadanos como quería el padre Champagnat, que sienten un profundo amor al trabajo, confianza en la Virgen, en un ambiente de acogida, con una gran gratitud por los Hermanos, por los que nos acompañan hoy, por las políticas de perfeccionamiento, por las jornadas de espiritualidad y de acompañamiento, los encuentros artísticos y culturales, de exalumnos y por los servicios brindados a padres y apoderados”. A continuación hubo un intermedio musical a cargo de la orquesta del Instituto Alonso de Ercilla dirigida por el profesor Joel Tapia y posteriormente, Cristian Martínez, alumno de 4º Medio B le dirigió unas palabras a nombre del alumnado en inglés. En seguida el Hno. Pedro Marcos, presentó al Hno. Sean Sammon. “Él se siente Hermano, es cordial y sencillo”. Nace en New York y sus ancestros son irlandeses e ingleses, que emigran a Estados Unidos. “Hay que escucharlo como un hermano mayor”. Visitará los distintos colegios. Ese día tendría una agenda bastante apretada, visitaría el colegio de La Pintana, la comunidad de hermanos mayores de Sótero Sanz y las comunidades de las diferentes fraternidades.

Inmediatamente habló el Hno. Sean y centró sus palabras en tres temas: hablaría de una vivencia personal, de San Marcelino y de la congregación y de sus desafíos. Primero. “En 1994 él supo de la existencia de un tumor cerebral en su cabeza. Estaba en New York y estaba con un amigo que le preguntó si lo acompañaba. Pero este proceso debía vivirlo sólo, al entrar a la consulta, las noticias no eran muy buenas, tenía un tumor cerebral y estaba localizado en medio de la cabeza, le dieron medicamentos a tomar, no podía evitar la cirugía y le dieron el nombre del cirujano, pero el costo de la operación iba a ser su propia vida. Porque cuento esta historia. Es porque tenemos un corazón, tenemos que viajar al corazón, tenía 46 años. Lo que hay que hacer es, vivir con el corazón, eso es mucho más satisfactorio”. Segundo. “Ahora les voy a hablar de la fe, hacerles un llamado a los deseos profundos: la fe y el corazón es lo que debe hacer la educación, era lo que decía Marcelino. Esto es lo que él hizo, cambiar su vida. Le tocó vivir días muy difíciles, pidió ayuda a un maestro en el primer año de estudio, y este le recomendó que hiciera otra cosa, pero igual el fue al seminario. No debería haber estado por dos motivos: los estudios y la conducta. Pero luego se dedicó al estudio, gastó su vida en ser santo y no hizo cosas extraordinarias, pero hizo cosas ordinarias de manera excelente”. “Lo marcó una experiencia profunda, encontrarse con este joven que no sabía nada de Dios y de la fe. Pensó que esto no tenía que pasar nunca más. El fundar el Instituto no fue fácil. No tenía dinero. Pero Marcelino tenía un sueño: la educación tiene algo, es enseñar a soñar grandes sueños, cambiar el mundo”.

“Su sueño partió en una casa vieja, con dos jóvenes, sin dinero y hoy día: son medio millón de jóvenes, en 76 países, y en cualquier parte del mundo. Como pasó de la fe a la acción: Marcelino construyó una gran casa L’Hermitage, él confió en la Divina Providencia, Marcelino era un hombre de fe sencilla”. Tercero. “A los jóvenes hoy se les plantean muchos desafíos: la escuela secundaria les hace preguntarse a dónde voy, que voy a hacer con mi vida, los papás se preguntan lo mismo: qué será de sus vidas. Son preguntas interesantes, y logran poner en marcha nuestra fe, en qué creo, esa es la pregunta clave, se produce stress, hay que tener paciencia, pero hay que vivir esas preguntas, buscar las respuestas”. “Marcelino creció y cambió, su espiritualidad era sencilla, creyó en Dios, creyó incondicionalmente y confió en María, como hermana en la fe. Marcelino le confió este proyecto de los primeros hermanos a María. Se fiaba de la Virgen, y esto me trae el recuerdo del Papa Juan XXIII. Un día él estaba afligido y en su oración confió en Dios”.

“Cada uno de ustedes es importante, los jóvenes son el futuro y el presente, nunca menosprecien la importancia en los valores. Soñar grandes sueños, sobre todo hacer realidad esos sueños. Mientras más recibimos mayor es la responsabilidad y hay que ser fieles”. “Lo que hay que cambiar es nuestro corazón, tener un corazón abierto a los pobres, creer firmemente que vamos a cambiar el mundo junto a Jesús”.

Al finalizar sus palabras agradeció de manera especial a la orquesta y a su director.

Luego los alumnos les hicieron preguntas acerca de la misión que tiene hoy la Congregación. “La misión es común, dar a conocer y amar a Jesucristo, según nuestra propia condición. Tener una conducta ética y saber perder el tiempo por los demás”.

Prontamente otro alumno más pequeño le preguntó que sintió al saber que tenía un tumor y si nos visitaría en otra oportunidad. Concluyó que la misión como hermanos y específicamente la de él “es la de animar la vida de la comunidad y mantener esa memoria histórica y dar a conocer que todo tiene que estar lleno de vida y de esperanza. Mi misión es la juventud”.

Para finalizar le fue entregado un presente y con esto se cerró la visita.

Posteriormente el lunes 23 de abril fue recibido en el patio de la Sección Inicial por los más pequeños del colegio. Pudieron compartir la oración de la mañana con él. Cantaron y pidieron por sus intenciones.

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