El miércoles 21 de noviembre pasado en el gimnasio del colegio San Juan Evangelista, los noveles basquetbolistas ercillanos de la categoría Mini Honor Varones volvieron a mostrarnos que la garra y la fuerza interna existen; que el esfuerzo no es en vano; que el trabajo tiene su misteriosa recompensa; que la unidad, la disciplina, la obediencia, el trabajo en equipo entregan sus frutos.

Dieron vuelta un partido les era adverso desde promediando el segundo cuarto. El gimnasio aludido acogió al público integrado por los padres de los niños quienes alentaban y apoyaban con gritos y cantos, era una verdadera fiesta del baloncesto escolar, era la final del campeonato organizado por la Rama Escolar de la U. Católica.

Nuestro colegio al comienzo del encuentro se vio sorprendido con la vehemencia y fuerza desmedida de los niños de SIAO; el primer cuarto fue muy parejo y se terminó un punto arriba en el marcador; el segundo período terminó SIAO arriba por cerca de tres puntos; en el tercer cuarto ratificaron su buen momento los de Alonso Ovalle y terminaron ganando por diez puntos. Sus parciales ya daban por ganador al SIAO, era un guarismo irremontable en esta categoría.

Sin embargo, algo más tenía que decir quien defendía su título. Comenzó el cuarto período, el definitorio y allí aparece el recuerdo de jornadas de entrenamiento, el compromiso y el honor ercillano, los chicos remontan el marcador adverso, quedando tres minutos cincuenta segundos de juego pasan arriba del marcador por un punto. Quedando un minuto diez segundos para terminar el partido, producto de tres “robadas” de balón de Alonso Jimenez, nuestros niños quedan cinco puntos arriba. El profesor pide un tiempo muerto, a pesar del griterío de la tribuna se busca la forma de comunicarse. Las indicaciones fueron textuales: “niños, no hay que lanzar al cesto, el balón debe administrarlo Miguel… por favor, el balón a Miguel... me entendieron bien… cuidemos el balón”.

Los niños vuelven a la cancha, se reanuda el partido. Las indicaciones del profesor son para mantener la ventaja y no perder el balón por un tiro fallado. Los pocos segundos que quedan se hacen eternos, los niños sólo quieren ganar, comienzan con una defensa indestructible, en treinta segundos, vuelven a hacerse del balón tres veces y termina el partido con una diferencia de 11 puntos. Los ercillanos sacaron fuerzas de todos los seres queridos y en tres minutos lograron la hazaña, así se obtuvo un nuevo campeonato.

Debemos reconocer y destacar de manera significativa el aporte y el vital apoyo de los padres, decenas de papás y mamás salieron más temprano de sus trabajos y concurrieron a presenciar el gran partido. La familia del Básquetbol Ercillana ha demostrado una vez más que con un pequeño aporte de presencia, cariño y apoyo, se puede lograr grandes cosas para sus hijos…nuestros hijos.

Estos últimos cinco años, la categoría mini varones ha jugado diez finales consecutivas, en el primer semestre por la liga de colegios particulares (LIBASCOPAR), y en el segundo semestre por el área escolar del Club Universidad Católica. Comenzó en el año 2008 hasta este año 2012, ha ganado ocho finales. Muchas felicitaciones a los niños y sus padres.

Fotos: Deportivo Escolar.