Estimada Familia Marista Ercillana:

Les saludo con especial afecto, con la alegría de animar, junto al equipo de educadores (as), directivos (as) y funcionarios (as), la Misión educativa y evangelizadora de nuestro Colegio Marista Santiago – Instituto Alonso de Ercilla, que en algunos años más cumplirá sus primeros 100 años de vida.

Sin duda, nuestro Colegio tiene un prestigio de excelencia académica y formación valórica muy bien ganado, gracias al esfuerzo mancomunado de todos quienes han formado y formamos parte de esta comunidad; pero sabemos que este desempeño se debe trabajar día a día, en cada sala de clase, en cada espacio educativo, para mantenerse en el tiempo y seguir entregando a los niños, niñas y jóvenes Ercillanos, las herramientas que les permitan ser un aporte en la sociedad y tener siempre una mirada cristiana para enfrentar los distintos episodios que tendrá la historia de sus propias vidas y de nuestros hermoso país.

Nuestro fundador, San Marcelino Champagnat, nos dijo hace más de 200 años que “para educar a los niños y niñas hay que amarlos; y amarlos a todos por igual”. Esta inspiración carismática guía nuestro caminar de educadores y educadoras Maristas, para mostrar a nuestros estudiantes el testimonio de un Dios misericordioso que acoge, protege y enseña, con profundo respeto por lo que vive y late en el interior de cada uno de ellos.

En esta tarea, ponemos a su disposición diversas oportunidades (académicas, artísticas, deportivas y pastorales), que buscamos desarrollar en un ambiente de protección y fraternidad, las que esperamos sean aprovechadas al máximo por nuestros niños, niñas y jóvenes, para que les ayuden a desarrollar valores como la perseverancia, disciplina, el trabajo en equipo, el respeto y el amor al prójimo y, sobre todo, el amor a Dios fuente de nuestra inspiración carismática.

A nuestros padres, madres y apoderados (as), les agradecemos la confianza puesta en esta obra educativa y evangelizadora. Estoy cierto que un gran número de ustedes hace un esfuerzo importante para brindar a sus hijos e hijas todo aquello que consideran adecuado y valioso para sus vidas; por lo que les invito a ser partícipes de esta Misión y seguir construyendo juntos el Colegio que ustedes y nosotros queremos; aquel que nos permita ayudarles a que sean personas capaces de cultivar y desarrollar sus talentos y de ponerlos al servicio de los demás, de comprometerse con el mundo que les rodea, de actuar con bondad y compasión con el desposeído y ser, en definitiva, buenos cristianos y buenos ciudadanos.

En este trabajo conjunto entre familia y Colegio, este equipo colegial (directivos, educadores, personal administrativo y auxiliar) está a vuestra disposición para acompañarles y apoyarles en cada momento que requieran nuestra presencia y cercanía; tengan la certeza que, con generosidad, dispondremos nuestros tiempos para ustedes.

Que Jesús, maestro, hermano y amigo siempre esté presente en sus vidas y que María nuestra “Buena Madre” y San Marcelino hagan de cada momento una oportunidad para crecer, aprender y amar.

Fraternalmente,

                                                                                   Claudio Castillo Faúndez
                                                                                                    Rector