El Vicario de la
Esperanza Joven sostuvo una amena charla con los jóvenes que
recibirán el sacramento de la Confirmación en el mes de
noviembre.
Hay que reconocer que en un principio el ambiente en el Salón de
Honor estaba bien tranquilo. Los alumnos y las chicas que se van
a confirmar estaban callados, aún cuando el Padre Galo Fernández
los invitaba a conversar. Pero bastó con que los invitará a
compartir una pregunta para comenzar a mover sus ideas y
sentimientos.
Los llamó a pensar en cuáles son los desafíos que
les implica confirmarse, con respecto al mundo y a la Iglesia.
A veces son dificultades, pero también es una misión.
Confirmarse los empuja, los compromete a ser un aporte en el
mundo, aseguró. Tras una conversación en grupos, los chicos y
chicas se peleaban el micrófono para aportar.
Uno de los temas que el sacerdote rescató de las
intervenciones fue la injusticia social: Hay riquezas y cosas
maravillosas por vivir, pero que no llegan a todos por igual. Es
un rasgo que ciertamente es contrario al Evangelio y que
compromete al cristiano a hacer patente el proyecto de Jesús,
que es un proyecto de dignidad para todos, complementó.
Añadió: Estoy convencido de que Dios cuando nos
crea está mirando el mundo y pensando en qué puede aportar para
hacer la existencia de los demás más fraterna y más hermosa.
Tener conciencia del tiempo en que vivimos es una cosa
fundamental. Ser cristiano no es repetir las normas, los ritos y
los rezos, es aportar en el mundo, y para eso hay que comprender
los procesos que se están viviendo.
Fernández señaló que al momento de confirmarse
dejan de ser espectador y pasan a ser protagonistas en la
Iglesia y en el mundo. Uno no puede pasar la vida en la galería,
mirando a los que están en la cancha sin atreverse a intervenir
y ser constructor de algo distinto.
Me llama la atención una cantidad no menor de
jóvenes que en la época escolar tienen ganas de vivir la fe,
pero después se apaga el fervor. Cuando pienso en esto, me
acuerdo de las épocas en que la vida del cristiano ha sido
difícil. Curiosamente, han sido los tiempos más benditos de la
fe, porque despertó el heroísmo, el martirio y el testimonio,
agregó.