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Concierto de Navidad
Por
Instituto Alonso de E.
Publicado:
18 Diciembre 2005
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El 20 de diciembre se llevó a cabo el Concierto de Navidad 2005, organizado por el Departamento de Artes de nuestro Instituto. Este año el evento contó con interpretaciones en flauta y piano, cuarteto de cuerdas, cuarteto de guitarras, coro de niños, coro de padres, orquesta y orquesta y coro.


El concierto fue abierto por Jorge Fernández en flauta traversa y Tomás Reyes en piano quienes interpretaron “Genopcidia” de Eric Satie y “Verano Porteño” de Astor Piazola, logrando buen “fiato” entre la flauta y el piano expresado en el buen fraseo y perfecta sincronización de las respiraciones. Le siguió un cuarteto de cuerdas interpretando tema y variaciones sobre “Casamiento de Negros” del profesor Sergio Medina. La primera variación da cuenta, con su tono menor y los largos arcos de los violines y la viola, de la tristeza implícita en el trágico tema de Violeta Parra que es retomado al final de la obra.

Tomás Reyes nos deleitó con una exquisita interpretación de “Seis Variaciones en Sol Mayor Sobre un Tema de Paisello” de Beethoven. El Coro de Padres del Instituto, dirigidos por la profesora Agnes Avilés, ejecutó a una delicada “Cançon do Bressol” de Manuel Oltra, impregnando la capilla con su tonos modales y líneas melódicas que evocan el “cante jondo” de la provincia vecina en la costa mediterránea. El segundo tema fue “Luchín” de Víctor Jara, que nos habla de un Niño Jesús que sigue pobre entre el barro y la pelota de trapo, un Niño Dios de carne y hueso que ilustraron magistralmente las diapositivas escogidas.

El cuarteto de guitarras dirigidos por el profesor Joel Tapia, nos interpretó “Danzas Húngaras” de Johannes Brahms. Obra llena de energía y ritmo cuyos ritardandos y calderones ameritaban una perfecta comprensión de los intérpretes que supieron entregar con sus guitarras la síntesis de una obra escrita originalmente para orquesta.

Bajo la dirección de la profesora Agnes Avilés, el Coro de Niños, como regalo de Navidad, nos entregó la magia de la danza y el maquillaje del musical “Cats” de Andrew Lloyd Webber; la angustia sublimada de una madre que le canta a su pequeño hijo en “Summertime” de la ópera “Porgy and Bess” de George Gershwin; el agradecimiento por San Alberto Hurtado en una versión libre del tema “Más Allá del Arcoiris” de la película “El Mago de Oz” y la sencillez del villancico “Hacia Belén va un Borrico”. Nuevamente Tomás Reyes al piano interpretó “2 invenciones cromáticas” de Béla Bartók y la “Invención Nº8 a 3 voces”, también llamada Sinfonía, de J. S. Bach. Las interpretaciones de Tomás siempre llenas de virtuosismo y compenetración en las obras, mostraron una nada fácil elección de un mismo tipo de obra, la invención, en dos estilos marcadamente diferentes que supo imprimir con maestría.
 
El Coro de Padres nuevamente se hizo presente con “El Mensaje de los Ángeles”, “Villancico de las Campanas” y una delicada versión coral del “Oboe de Gabriel” de Ennio Morricone cuyas cuatro voces se hicieron escuchar con claridad y afinación. La última parte del concierto estuvo dedicada a la orquesta, siendo este año el debut de Sergio Muñoz, alumno de Octavo Año, como director de la “Sinfonía de los Juguetes” de Leopold Mozart. Con la energía, seriedad y plasticidad de un gran director dirigió con precisión las entradas y silencios de revoltosos ruiseñores, matracas, flautas, triángulos, tambores y trompetas, a parte de los violines y los cellos propios de la orquesta.

Culmina el Concierto de Navidad 2005 con una gran obra: “Aleluya” del oratorio “El Mesías” de George Frederich Haendel. La letra, en inglés, exclama: “El Rey del mundo ha venido, es Nuestro Señor, es el Cristo. Él reinará por siempre y para siempre. Señor de señores, Rey de reyes” para anunciar el nacimiento de Jesús. La orquesta de alumnos, dirigida por el profesor Joel Tapia, escogió la plantilla original de instrumentos que utilizó Haendel: dos trompetas, un timbal, violines, violas, cellos y coro a 4 voces (contando incluso con un contratenor en la voz del alto), faltando los contrabajos y un clavecín para completar exactamente lo que Haendel concibió. En el montaje de la obra participaron profesores y amigos del Colegio quienes se unieron a través de la música, expresando el espíritu de amor de aquel Niño Dios que nació un diciembre y que hoy sigue con nosotros.



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