“Nos comprometemos irrevocablemente a consagrar nuestras personas y cuanto tenemos, en cuanto nos sea posible, a la Sociedad de la bienaventurada Virgen María”, fue parte de la promesa que un grupo de sacerdotes realizó en el Santuario de Fourvière, en Lyon, Francia. El hecho ocurrió el 23 de julio de 1816.

Este acontecimiento marca el segundo año de preparación para el Bicentenario de la fundación del Instituto Marista. Ya vivimos el año Montagne (2014-2015), centrado en el encuentro de San Marcelino Champagnat con un joven moribundo que no conocía a Dios. Esta experiencia de nuestro fundador nos recuerda la urgencia de nuestra misión, que hoy es tan actual como hace 200 años.

Ahora comenzamos una nueva etapa, centrada en esta promesa de constituir la Sociedad de María. Los superiores de nuestra Congregación nos invitan a fortalecer nuestra identidad como familia marista, renovando nuestro compromiso con la obra de la Buena Madre. “Quisiéramos suscitar un sentido de curiosidad y asombro sobre el significado de la Promesa de Fourvière hoy”, señalaron en septiembre de 2014, cuando comenzó la preparación para lo que será el Bicentenario Marista.

La familia marista de todo el mundo se une para celebrar el Bicentenario de la promesa de Fourvière en el sitio web http://www.maristinter.org. Allí encontrarán la información oficial sobre esta celebración, que incluye historia, reflexiones y fotografías del santuario ubicado en Lyon.

La casa de La Valla será el icono que orientará el tercer año (2016-2017), que simboliza el espacio de la espiritualidad y la dimensión mística de nuestras vidas.