En el mismo lugar en el que comenzamos el Mes de María, la familia ercillana se reunió para agradecer este tiempo en el que nuestra Buena Madre ha acogido nuestras oraciones diarias.

Tras la lectura del Evangelio que recordó la visita de María a su prima Isabel, el Padre Jorge Laplagne señaló que la Virgen saca lo mejor de nosotros, tal como lo hizo con San Marcelino. Invitó a los presentes a agradecer porque en este mes crecimos en amor, caridad y solidaridad, y a compartir lo vivido en este tiempo con quien estaba a nuestro lado. “Nuestro desafío es ser misioneros y llevar a María a todas partes”, señaló el sacerdote.

Toda la vida de un marista está marcada por los signos del amor sencillo, familiar y cercano de Dios. En agradecimiento a Él por este mes en honor a María, se presentó un denario de globos blancos. Este signo se elevó por los aires, tal como lo hicieron nuestras oraciones en todo este mes y a lo largo del año.