Es sólo para ocasiones especiales que los jóvenes de 3º y 4º Medio se juntan en su patio, y por supuesto, esta vez no podía ser la excepción. Se fueron reuniendo después del recreo, mientras cantaban: “No, no se va, el Padre Jorge no se va”. Lamentablemente, la obediencia, como el mismo señaló, lo lleva a desempeñar nuevas labores en el norte de Chile.

El Director de la Sección Media Superior, Jorge Rodríguez, le dirigió unas palabras de agradecimiento por su labor con los jóvenes y los profesores. Así también, Felipe Fuentes, Presidente del Centro de Alumnos, destacó el sello de su labor como educador y su significativo aporte como asesor del CAE.

Luego fue el momento para que el Padre Jorge se despidiera de sus alumnos: “Yo no he sido más que un inspirador de lo que me formaron los Hermanos Maristas, de lo que me ha formado la Iglesia, y de lo que me ha formado la universidad. Yo sólo soy un puente para que la Iglesia se llene de Dios”, señaló, recordando su vínculo permanente con los maristas.

“Yo a ustedes muy pocas veces les hable de Dios, pero no hay ningún mensaje que yo haya recibido en estos días en que no me hayan dicho, que de una u otra forma, yo siempre hablé de Dios. No son necesarias las palabras para hablar de Dios, es importante el testimonio de vida. No he hecho otra cosa, en estos 20 años de cura y 23 de profesor”, aseguró enfáticamente y agregó: “Estoy para dar la vida para defender a mi Iglesia, y estoy dispuesto a dar la vida, por quienes creen en el don de la vida”.

Muy emocionado, reconoció que el IAE es una parada muy especial en su vida sacerdotal y profesional: “Traigo a la memoria tantos momentos de acompañamiento, de escucha, y simplemente de estar. El Alonso de Ercilla se ha metido muy profundamente en mi corazón”.

Y para cerrar, señaló: “Ustedes, mis alumnos, son la razón de mi ser; ustedes los alumnos son la razón de mi sacerdocio, ustedes los alumnos son la razón de mi vocación de maestro, ustedes los alumnos son la razón de por que estoy aquí y por qué Dios me necesita en el norte”. Se despidió con un humilde mensaje: “Los quiero mucho, muchachos, y sigan fieles a los principios maristas, quieran a los profesores que les van a hacer clases y digan siempre: ‘estoy dispuesto a aprender, porque otros lo harán mejor que el Padre Jorge”. En respuesta, todos los jóvenes de 3º y 4º Medio cantaron: “Jorge, Jorge querido, el Alonso jamás te olvidará”