Durante la homilia, el Padre Jorge Ramírez describió a Roberto como “un joven que quería luchar, que quería vivir, que quería superar una enfermedad compleja como la leucemia”. Destacó los enormes gestos de su familia, de sus compañeros y de su colegio que estuvieron siempre apoyándolo. Recordó el Bingo Solidario realizado en su ayuda, y así invitó a esta Generación 2011 a seguir atenta a las necesidades de quienes los rodean.

El Padre Jorge recordó cuando lo visitó en el mes de diciembre, para darle la unción de los enfermos: "Aunque estaba muy grave, el Señor — de quien nunca dudó — le dio un mes más, para despedirse de sus familiares y amigos, y compartir con ellos la Navidad y prepararse para la partida". Agregó: “Disfrutó de un amor pleno de Dios, de su familia y de sus compañeros que nunca lo olvidaron”.

También el Padre Jorge destacó la preocupación de sus profesores por conocer e informar a los demás sobre el estado de salud de Roberto. Destacó también que sus compañeros siempre estuvieron atentos para visitarlo, en la medida de lo posible. Lo mantuvieron al día con las guías y trabajos, pues “él seguía estudiando, con las ganas de ser un alumno de bien”, aseguró.

El sacerdote invitó a sus compañeros a recordarlo siempre, en especial cuando el equipo de sus amores, la Universidad de Chile, metiera un gol, pues seguramente en ese momento, él estará muy contento en el cielo.

Algunos signos que estuvieron presentes en la eucaristía fueron una mochila y unos libros que fueron llevados por los amigos de Roberto hasta el altar. También, en un gesto muy emotivo, todos los alumnos de 4º Medio rezaron el Padre Nuestro tomados de la mano, recordando a su compañero y amigo Roberto.