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Por
Instituto Alonso de E.
Publicado:
30 Abril 2008
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Las dos últimas semanas de abril, los Terceros Medios A y D vivieron su experiencia solidaria, colaborando en el Hospital de Buin, el Hogar San Ricardo y algunas sedes del Hogar de Cristo. Algunos alumnos quisieron compartir su testimonio.
Como cualquier otro día de la semana, se reunían a las 8 AM en el colegio. Sin embargo, no iban a clases, sino que a vivir una experiencia de trabajo y de fe, que los invita a ver la realidad como Cristo lo haría. La propuesta del Ciclo de Media Superior es que reconozcan a Jesús en el prójimo, en el trabajador, en los hombres y mujeres que normalmente no están en su ambiente cotidiano. Por eso, a las 9 de la mañana comenzaban su día laboral. Ya no les pasaban lista, si no que tenían que marcar tarjeta. Si se atrasaban o no llegaban, dejarían una importante tarea sin realizar. Quizás no tenían relación directa con las personas y serían tareas menores o auxiliares, pero de vital importancia para el lugar que los acogió. Marco Pérez: “Es una experiencia chocante, pero gratificante”

Marco Pérez, del 3º Medio A, trabajó con niños del Hogar San Ricardo. Esta institución, ubicada en la localidad de Batuco, acoge a personas con deficiencia mental de distintas edades. Además, le tocó hacer otras actividades, de acuerdo a las necesidades del hogar.

“Es una experiencia chocante, pero gratificante. Me tocó darles de comer a ‘las guaguas’, como les dicen, pero en
realidad tienen nuestra edad. Los que tienen 40 años son más parecidos a nosotros”, cuenta Marco.

Al principio fue difícil para él, pero tuvo mucho apoyo por parte de la directora del Hogar y de los voluntarios que allí colaboran: “Trabajé harto, pero la vocación de ellos era mayor”. Las personas del hogar reciben pocas visitas de sus familiares, pero sí hay mucho voluntariado. Incluso, ex alumnos del IAE van a colaborar. “Uno valora realmente lo que tiene. Hay familias que cuando tienen un hijo se preocupan mucho (...) Acá había niños que los dejaban y nunca volvían por ellos”, reflexiona. Marco cuenta que la directora les contaba sobre la vida de las personas del Hogar, y la historia más emocionante para él fue la de un señor que estaba allí desde chico y que ahora, con más de 40 años, trabaja ahí y hasta ha podido armar su propia familia. Sebastián Ruiseñor: “Aprendí mucho de los niños”

El jardín infantil para los hijos de los funcionarios fue el lugar en donde Sebastián Ruiseñor, de 3º Medio A, vivió su experiencia solidaria. Tuvo que viajar hasta el Hospital de Buin para compartir con los niños del lugar, y con sus padres.

“Había gente que gana lo que nosotros pagamos de mensualidad. Había muchas tragedias, pero siempre tenían buena cara”, recuerda Sebastián y agrega que esa actitud lo ayudó a ver esta fuerte experiencia con una sonrisa. “Aprendí mucho de los niños. Uno se saca un 2 y se tira al suelo. Ellos se caen y se levantan sin miedo a caerse de nuevo, porque piensan que no hay maldad. Ése es un estilo de vida que me gustaría tomar, sin dar la espalda a las cosas malas, sino que rescato que ellos no dicen ‘no puedo’, sino que lo intentan”, reflexiona Sebastián. Cuenta que en el colegio la semana es larga, pero esta vez se le hizo corta y entretenida. No hubo hostilidad en el curso, sino que estaban abiertos a conocerse entre ellos y a la gente nueva que se encontraron. Por eso, todos están entusiasmados con seguir colaborando en los lugares que les tocó ayudar.

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