Los días 12, 13 y 14 de agosto, se realizó la II
Jornada de Acólitos, en la Casa de Ejercicios del Arzobispado de
Santiago, en Punta de Tralca. Al igual que el año pasado, esta
actividad tiene por objetivo reforzar los vínculos de amistad de
este grupo de jóvenes, que han encontrado en el servicio al
altar su misión de servir a la comunidad, sobre todo a la
comunidad marista.
El trabajo fue dirigido por el capellán dominical,
el presbítero Vicente Legarda, partiendo desde un compromiso
individual hasta llegar a un compromiso comunitario. La
reflexión principal estuvo centrada en la formación de las
primeras comunidades cristianas, relatada en los Hechos de los
Apóstoles. Ésta se desarrolló en tres momentos.
Primero, se reflexionó acerca de nuestra propia
persona; de nuestras virtudes y defectos, y de cómo nos ven las
demás personas. El segundo momento, llamado Vivamos en
comunidad, somos Iglesia, uno de los más importantes, trató
acerca de nuestra comunidad de acólitos y cómo podemos
mejorarla, planteándonos variados desafíos. Finalmente, en el
tercer momento, Yo, un ser de encuentro y unidad, revisamos la
inserción e importancia de la persona en la comunidad colegial;
del trabajo en equipo y el compromiso de cada uno hacia la
comunidad. Este momento fue uno de los más gratos, tanto por su
contenido, como por el entorno, ya que lo realizamos a orillas
del mar.
Posteriormente, celebramos la Eucaristía, donde se
realzó que la unidad es vital para trabajar en equipo, que todos
somos importantes, aceptados y queridos a los ojos del Señor;
por lo tanto, debo ver en el otro a Cristo mismo.
Durante la noche realizamos juegos y competencias
que nos ayudaron a conocernos y aceptarnos.
Como mensaje, queremos invitar a todo el que quiera participar
de esta actividad pastoral, que no es masiva, pero que en ella
hemos encontrado que el servicio a los demás es también un
servicio al Señor.