Lo máximo que le puede
pasar a un deportista del Alonso de Ercilla es ganar una Olimpiada Marista. Esa
copa vale más que cualquier otra. Y ellos la ganaron en 2002 y 2003. Pablo
González, Moisés Poblete, Nicolás Hurtado y Waldo Aracena fueron protagonistas
de esos triunfos y, los dos primeros, además, reconocidos como los mejores en
sus respectivas disciplinas.
Esa
copa vale más que cualquier otra. Y ellos la ganaron en 2002 y 2003. Pablo
González, Moisés Poblete, Nicolás Hurtado y Waldo Aracena fueron protagonistas
de esos triunfos y, los dos primeros, además, reconocidos como los mejores en
sus respectivas disciplinas.