Así, como comunidad Marista del IAE nos sumamos a este acontecimiento eclesial de nuestra Iglesia de Santiago. Se estima que, cerca de 100 mil jóvenes participaron de la 13ª Peregrinación a Los Andes, "De Chacabuco al Carmelo, un camino de Santidad" convocada por la Vicaría de la Esperanza Joven del Arzobispado de Santiago. El sentido que le da la organización habitualmente es hacer un "Camino de Santidad", siguiendo el ejemplo de Teresa de Los Andes. Sin embargo, este año hubo una motivación especial al celebrar los 25 años de pontificado del Papa Juan Pablo II, orar por su salud, su ministerio y por el futuro de la Iglesia. Los jóvenes pertenecían a distintas comunidades de Chile: Pastoral Juvenil de distintas Parroquias desde Iquique hasta Chiloé, Movimientos Juveniles, Jóvenes de la Escuelas Matrices de la Fuerzas Armadas. Todos estuvieron presentes desde tempranas horas en Chacabuco para recorrer un verdadero camino de santidad, hasta el Santuario de Teresa de Los Andes.
 
A las 07.00 de la mañana, el Vicario de la Esperanza Joven, Padre Galo Fernández, dio la bienvenida a los jóvenes y los animó a peregrinar con alegría los 27 kilómetros que separan Chacabuco del Santuario de Auco, camino que la Santa Chilena recorría en su juventud. Luego de recorrer estos 27 kilómetros de cuestas, los jóvenes llegaron hasta el santuario de Teresa de Los Andes donde pudieron descansar y disfrutar de un entretenido acto artístico con música, danza, cantos y mucha alegría, mientras esperaban la celebración de la eucaristía final, presidida por el Cardenal Arzobispo de Santiago, Mons. Francisco Javier Errázuriz; y concelebrada por el obispo de San Felipe, Mons. Cristián Contreras Molina; el obispo Castrense, Mons. Pablo Lizama; los obispos auxiliares de Santiago Mons. Ricardo Ezzati, Mons. Cristián Contreras Villarroel, Mons. Andrés Arteaga, el rector del Santuario de los Andes y unos cincuenta sacerdotes. En la emotiva celebración Eucarística alrededor de las 17:45 horas culminó la Peregrinación con el mensaje del Arzobispo a los jóvenes inspirado en el texto evangélico sobre el ciego de Jericó: "Somos invitados hoy como este ciego a gritar al Señor "sáname", "ten piedad de mí". A hacerlo de todo corazón y con toda confianza para abrir nuestros ojos a la vida, a la esperanza, al amor. Frente a este deseo que el Señor hace brotar en nosotros, Él nos pregunta: ¿qué quieres Jesús vuelve su mirada a cada uno de nosotros y espera nuestra respuesta generosa y nuestra fe en Él. Queridos jóvenes sé que esto no es fácil hoy día, porque hay tantos signos de muerte que quieren acallar nuestra voz para no ser escuchada por Jesús (el placer, el éxito, el poder, lo fácil), pero el Señor sigue confiando en los jóvenes, quiere acercarse a cada uno y abrir nuestros ojos para poder contemplar y descubrir sus maravillas y así poder como este ciego seguirlo con todo el corazón y con toda alegría."